Dicho autor nos da tres elementos, que es una (1) actividad humana, (2) para subsistir, (3) y forma parte/construye la identidad y prestigio de un individuo o grupo. Teniendo este último punto, de identidad y prestigio, podemos decir que el trabajo genera un estatus, o bien, de acuerdo al estatus existen distintos campos laborales a cuales acceder. Lo que podemos relacionar con dos puntos, una identidad que se construye en base la actividad laboral o bien el tipo de actividad laboral dependerá de la identidad/status que se tenga. Entonces, para poder comprender la identidad de los temporeras y las temporeras del valles, algunas aproximaciones sobre el trabajo agrícola de temporada en los valles.
En este sector laboral, se destaca por la “mano de obra” temporal y ocasional. La diferencia entre ambos conceptos es la duración, la primera depende de la duración de la faena, temporada u obra, pero en el segundo, depende de las necesidades de la producción, por lo mismo, podemos observar la permanente movilidad de estos trabajadores agrícolas, por ejemplo, la necesidad de un agricultor por contratar personas para un packing de tomates en el valle de Azapa sólo por dos días[2] como también, la necesidad de recoger gente a las 6:00 am en el terminal internacional “Rodoviario”, principalmente extranjeros. Otro aspecto, es la ciudadanía, muchas veces leemos o escuchamos que dichos trabajos no respetan a los ciudadanos o bien el derechos de sus ciudadanos.
“asi nomá, ocasionales, esos se llaman trabajos ocasionales, no tengo un trabajo seguro, estable, no..”[3] (Silvia Chambe)
El trabajo en los valles no requiere de un conocimiento tecnificado, sino que esto es aprendido dentro del mismo empleo, por ejemplo, sobre cómo cosechar porotos verdes, seleccionar y embalar tomates, raimar aceitunas, etc. Estos conocimientos se enseñan de forma expedita por el empleador para las personas que son nuevas, lo que no es una capacitación, tampoco se enseña el proceso de producción, los químicos que se utilizan, etc.
“ahí me enseñaban el poroto grande saque nomá, no chiquitito, dicen” (Silvia Chambe)
La relación con el empleador y el trabajador es directa cuando se trabaja en parcela, lo que variarán con la implementación de las empresas transnacionales de semilleras en los valles. Donde el empleador da formas de incentivos de trabajos como dándoles fracciones de la producción, o bien, con la alimentación y la bebida, de acuerdo a lo que señala Silvia (mi informante), inclusive, se les ha dado cerveza para que puedan trabajar más y naturalizar las condiciones de trabajo. Pero estos tipos de incentivos y relación variarán de acuerdo al empleador.
“me han tocado buenos patrones por lo menos, al menos a mí uno solo nomá fue y ahí no fuimos más a trabajar”.
“un día dieron arroz con salmón, con cebollita, bien preparaito, con cilantrito, con limón y bebida, y a veces nos daban cerveza, entonces eso para nosotros era buena atención po, ee, ya después, dice, cuando terminemos toda la faena, dice, vamos a hacer asado, con mi gente, con las personas que empiezan y terminan, (…), yo soy soy sufrio yo sé qué es lo que es trabajar, dice, igual que uds., sé lo que es ganar la plata y porque tengo lo que tengo gracias a mi frente que tengo (…)”(Silvia Chambe)
Las condiciones laborales que se naturalizan son, el trabajar en pleno sin protección, como bloqueador y sombreros, delegando tal responsabilidad a los mismo trabajadores. En la aplicación de plaguicidas, reconocen que estos lo hacen delante de los trabajadores, señalando la existencia de dolores de cabeza por lo mismo.
Sobre los servicios higiénicos, sus condiciones, su existencia y cantidad dependerá del empleador, existen baños para hombres y otros para mujeres, baños unisex, en otros existen pero no permiten su uso por los trabajadores, o bien no existen, lo cual, sus trabajadores tienen que hacer en el campo mismo. En las idas al baño, depende de los permisos de los empleadores.
“igual íbamos ese (…), vamos donde nadie va por nosotros, decíamos, nos dejaba ir el patrón, íbamos un rato, no se demoren por favor, ya, hacíamos lo que más rápido. (…), baño hombre y mujer aparte teníamos, algunos teníamos un solo baño, hombre y mujeres, (…) a veces íbamos, a veces a los ríos, alguno tienen baño, algunos tienen, pero no nos dejan entrar, (…) a veces, por ahí nomá, en los rincones, haciamos, si, si a veces es malo”. (Silvia Chambe)
Las características de los trabajos, son de exigencia física, de resistencia y de fuerza, por ejemplo en la cosecha de tomates se trabaja con carretillas, en el caso de las cebollas se tiene que trabajar todo el día agachado transportando mallas cuyo peso es de 20 kg . Aprox. En relación a los trabajos a trato, también existe la sobreexigencia de los mismos trabajadores para alcanzar un buen sueldo, en el caso de lo que pagan por el día, la exigencia viene del empleador.
Las jornadas de trabajo son extensas pero también pueden ser flexibles, esto último dependerá de la accesibilidad del empleador. Manteniéndose los periodos de almuerzo, cuya duración es relativa, como también, de descanso, que su existencia y duración dependerá del empleador. La jornada se encuentra vinculada con la salida y entrada del sol. Cuando se trabaja a trato éstas son aún más largas, debido a que al terminar la jornada se tienen que quedar para contar qué hizo cada trabajador y el pago de cada uno de ellos.
“todo el día, entraba a las 8 (…) a almorzar, ee, salíamos a las 2, 2 y media, y a las 3 y media entrabamos ya, (…) hasta las 8, hasta cuando entra el sol (…) ahí pesamos a ver cuántas mallas se hizo” (Silvia Chambe)
En relación a la remuneración, el pago se hace por el día trabajado, en el cual puede ser a trato o por el día. Estos pagos no consideran los pagos de imposiciones como FONASA y AFP, como tampoco el derecho a las asignaciones familiares.
En relación al trabajo a trato, el pago es por trabajo hecho que puede ser por caja, malla, kilo, hilera, etc. Sobre el pago por el día trabajado es desde 4 hasta 7 mil pesos, pero dependerá del empleador y del tipo de trabajo. Los tomates entre 4 a 5, y la cebolla 7, por ejemplo. Sobre las fechas de pago, existe una flexibilidad, es decir, el empleador es quien fija cuándo pagar y variará el día, muchas veces atrasándose en los pagos o bien, puede que no pague por el servicio.
“yo tengo ahora, ahí trabajo, es que donde estoy trabajando es que me deben plata” (Silvia Chambe)
Existe una gran movilidad, debido a las temporadas, por ejemplo, van de temporada en temporada, cosecha del tomate, cebolla, porotos verdes, etc.; también, existe la movilidad por la corta duración de los trabajos, ya que algunos son ocasionales, lo que implica trabajar por un día incluso. Lo otro, es debido a la misma selección de los patrones y las parcelas, ya que si no les gusta el trato se puede tomar la opción de abandonar el trabajo, ya que no existe una regularidad al momento de tener el trabajo.
El de buscar trabajo, puede ser que los mismos trabajadores se informen donde necesitan gente, o ellos mismo van a ofrecerse entre las parcelas, o bien, el recoger gente en el terminal internacional, determinados días de la semana a una determinada hora. Pero el trabajo dependerá de la temporada.
“es que, andando nos decían en tal parte van sacar porotos, entonces íbamos nomá”. (Silvia Chambe)
El trabajo agrícola de temporada requiere una sobre-exigencia del cuerpo, lo que genera en las y los trabajadores dolores en el cuerpo, producido por la mala postura, el hacer mucha fuerza, o bien, por trabajar en pleno sol o por la aplicación/contaminación de agroquímicos frente de ellos. También, estos trabajos se caracterizan los accidentes laborales que han tenido sus trabajadores, llegando incluso a la muerte, como caída en pozos de regadío, o bien, casos de muerte por ingerir agroquímicos, por ejemplo, plaguicidas.
“machucá, como que me hubieran pegado acá en las paletas de los pies (…). Porque estamos todo el día agachá po” (Silvia Chambe)
[1] En Escartín & Vargas. Mujer, inmigración, trabajo y ciudadanía: empoderando a las mujeres. Universidad de Alicante, España. ex æquo, nº 17 pp. 35-51:41, 2008.
[2] Información aportada por un agricultor del valle de Azapa, Arica.
[3] Las citas de entrevistas provienen de Silvia Chambe Mamani, temporera de 45 años, nacionalidad boliviana.