viernes, 27 de mayo de 2011

CUARTEL 54 EPISODIO 2

Continuando con la obra realizada por un compañero nuestro José Bolbarán, que por lo que deduzco también es temporero, aquí mostramos el Episodio 2 "El gran kiltro" espero que les guste...

y decirles

"... seguir luchando hasta el final..."

(de Y los campos eran nuestros. Tomo segundo. La Realidad. Cruz, M. E. & R. Rivera 1984)

miércoles, 25 de mayo de 2011

Jornada de trabajo para l@s temporer@s agrícolas

De acuerdo a la ORD. Nº 5384/209 del año 2005,la jornada máxima semanal de los trabajadores agrícolas será de 45 horas, y el promedio anual de jornada diaria, no podrá exceder de 7 horas 30 minutos".
Sin embargo, esta Orden tan utópica para l@s temporer@s está dirigida hacia l@s trabajador@s agrícolas, es decir, aquellos que tienen un contrato definido y no de temporada o faena. Lo que tenemos que tener claro que est@s trabajador@s principalmente son HOMBRES, es decir, las mujeres se encuentran limitadas en encontrar un trabajo estable y duradero, con derechos a indemnización, vacaciones, domingos, etc.; Las mujeres son consideradas como temporeras, mano de obra barata que permite al empresario agrícola tener excedentes, exigir a pesar del precio costo que tienen por la mano de obra, sin importarles en las condiciones en qué trabajan.
Vemos, que las jornadas de trabajos para los trabajos agrícolas son desde las 8 horas en adelante, diariamente, inclusive pueden exceder las 12 horas diarias de jornada, sin derecho a pago de horas extras, baño o descanso, como vemos, cuando se trabaja "a trato".
La jornada de trabajo es algo utópico, porque aunque trabajemos 8 horas diarias, se trabaja los sábados en el mismo horario, o al finalizar la jornada de trabajo se debe esperar que parta la movilización, donde a veces se tiene que esperar más de una hora para que el Bus/micro/furgón pueda partir.
Jornada de trabajo utópico pa' l/a temporer@...

lunes, 23 de mayo de 2011

Qué será de la Amadita

Me pregunto, qué será de la Amadita???. Mientras trabajaba en la Dole en Rancagua, teníamos turnos de día y de noche, trabajábamos extensas jornadas laborales, en los turnos de noche y cuando se acercaba el otoño, hacía mucho frío, en las mañanas ya se ponían heladas, y el galpón donde se trabajaba no era muy cálido que digamos. Dentro de las muchas trabajadoras, compañeras y amigas que compartí, se encontraba Amaditao, una mujer ya mayor de 80 años, ya no trabajaba embalando como nosotras pero si trabajaba barriendo en todo el packing, ¿se imaginan barrer un frigorífico no pequeño?, ¿les ha dolido la espalda por barrer mucho?, bueno, lo más sorpredente, no era solo el ánimo y la fuerza que ella tenía cada día y cada noche, sino que ella, a pesar de su edad, era la principal proveedora del hogar, su marido era alcohólico, sus hij@s no la apoyaban y tenía a cargo a algunos nietos que yo recuerde. Salíamos a las 7 de la mañana, y ella se iba caminando desde el trabajo hacia su casa, es decir, desde la Dole que queda en la Rgua Sur, hasta pasado la línea del tren, creo que en la Santa Julia, ¿me veo caminando a esa edad después de una larga jornada de trabajo? Desde que dejamos con mi hermana de trabajar en la Dole por motivos personales y económicos (pagan mal), no he sabido nada de ella, sin embargo, en las dos temporadas que trabajé ahí terminé admirándola y queriéndola, y entendiendo el coraje de las mujeres y que no existen límites... Espero que estés bien Amadita, donde quiera que estés.
En honor a todas las mujeres mayores que se sacan la mugre en los trabajos de la fruta, ya sea en packing o cosecha
"El mundo del trabajo de estas mujeres no deben ser entendido como una esfera aislada de la vida, ni visto como un mero dispendio de fuerza de trabajo, de energías. En otras palabras, el trabajo no debe ser visualizado en términos de brazos y manos, sino como una actividad de la vida" (Pág. 42 Moraes, M. 1995 Las que viven por sus manos en la agricultura)

Como dice el párrafo anterior, el trabajo no debe ser visto como un mero medio de producción ajena a la vida social y cultural, al contrario, se encuentra inmerso dentro de este mundo. En el caso de las mujeres temporeras, llamadas oficialmente como Trabajadoras agrícolas de temporada, no solo se ha observado una feminización del  trabajo, donde la mujer se incerta en el campo laboral, sino también, observamos la tendencia paradójica de la vuelta al agro, es decir, si en un tiempo hubo una fuerte migración del campo hacia la ciudad, en muchas partes del país observamos que actualmente, existe una movilidad local desde la ciudad hacia el agro, sin embargo, lo que difiere es la finalidad, si la migración hacia del campo hacia la ciudad era por motivos de vivir y establecer en la ciudad, en este caso observamos que la movilidad que existe son por fines laborales, sin embargo, esto afecta a la reproducción del hogar, entre estos, la mantención, cuidado, y crianza de los hijos. Como también, observamos la gran carga de las mujeres, ya no sólo se encarga del ámbito doméstico/reproducción del hogar, sino también, en la mantención económica del hogar, y para esto, salen a trabajar, sin embargo, en el caso de las temporeras, esto es más complejo, ya que ellas deben emigrar muchas veces de sus hogares, vemos en el país mujeres y hombres yendo hacia Copiapó para la uva, hacia la VI región para continuar con la uva o seguir con las manzanas, y hasta al sur de Chile o bien en el extremo norte de Chile. Lo cual, es un gran costo que deben tener en relación al alejarse de su hogar.
Por último, la gran jerarquización existente dentro de los trabajos agrícolas, que muchas veces generan una segragación, donde también van a diferir los sueldos, las condiciones de trabajo y el tipo de trato. Pero esta jerarquía es machista, son los hombres que tiene importantes cargos dentro de las empresas siendo las mujeres las principales y mayoritariamente peones, en cambio los hombres poseen mejores cargos, sueldos, trato y por último, mayor accesibilidad a un contrato indefinido, o por lo menos definido.
"Las mujeres en movimiento representan una protesta, producto del surgimiento de una conciencia de las carencias, un cuestionamiento de las formas de violencia presentes en los conflictos cotidianos, y una lucha por su reconocimiento en el plano civil, la colectivización de espacios ocultos, el desenmascaramiento de invisibilidades, y los avances en el tensionante y contradictorio proceso de conquista de la ciudadanía" (pág. 38. Botta, L. 1995. La lucha por la tierra tiene dos sexos. En Mujeres. Relaciones de género en la agricultura)


viernes, 20 de mayo de 2011

CUARTEL 54... Ruta de la Uva

Estos videos-capítulos corresponden a una serie que está realizando José Bolbarán, sobre el trabajo como temporero en la Uva...
disfrútenlo, si han trabajado como temporeras o temporeros hay cosas que un@ comienza a identificarse...

El cambio climático afecta la seguridad alimentaria de la mujer Rural

Este video relaciona, campesinado, relaciones de género, soberanía alimenticia y cambio climático. Este video consiste en que los cambios climáticos afecta a las familias campesinas de Huancavelica, y los roles que las mujeres han tenido en las familias campesinas en la reproducción del hogar, principalmente en la distribución de los alimentos. Finalizando, proponiendo un rol activo también de la mujer en los ámbitos públicos para asegurar una soberanía alimentaria en igual con los hombres.

Huicholes y Plaguicidas

El siguiente documental refiere al (mal) uso de los plaguicidas que se ha realizado en los campos del tábaco en México, y los efectos que han producido en el ecosistema y principalmente en la población humana, en este caso al pueblo Wixarikas, siendo los trabajadores y trabajadoras más expuestas a la contaminación e intoxicación por estos agroquímicos, donde muchas veces utilizan plaguicidas que se encuentran prohibidos o restringidos en el país. Pero nos cabe preguntar ¿cómo podemos hacer exigir los derechos de una población que ha estado invisibilizada y explotada? 

Huicholes y plaguicidas

miércoles, 18 de mayo de 2011

Documental "EL MUNDO SEGÚN MONSANTO"

Corresponde a unal empresa transnacional que produce agroquímicos y semillas transgénica, donde incorpora la lógica neoliberal en la agricultura así afectando no sólo al meio ambiente sino también a todo ecosistema y a la población humana, desde los trabajadores hasta los consumidores.

Trabajo temporal en el campo: Las formas de explotación tras la producción de frutas

Duras jornadas de trabajo y discriminación por género continúan en los trabajos temporales que miles de hombres y mujeres realizan a diario en el campo.
Precariedad e inseguridad son palabras que resuenan en boca de trabajadoras y expertos, costo social de los frutos que van a las mesas extranjeras.

“¡Queda uva! ¡Hay que llenar el camión! ¡Si no, ninguna sale de aquí!”. “¿Cuáles beneficios? ¿Almorzar en una mesa?”.”En el campo nadie sabe lo que es el post natal”. Estas y otras frases resonaron en la conmemoración que la Asociación Nacional de Mujeres Rurales e Indígenas (Anamuri) realizó el pasado 8 de marzo, en el Día Internacional de la Mujer.
Los 320 mil predios agrícolas del país reúnen a cerca de 700 mil trabajadores/as. Sólo en las frutas, llegan a 400 mil -de acuerdo a los empresarios del sector- repartidos desde Arica a Los Ríos, y concentrados entre la Región Metropolitana y la del Maule.
Lejos de celebraciones, la realidad de miles de mujeres y hombres en el campo chileno no tiene el dulce sabor de la fruta que se exporta. Los niveles de contratación no alcanzan al 50%. En las mujeres, sólo el 10% accede a un empleo permanente. La agricultura está en la tercera área con más accidentes fatales, por sobre la minería, con 44 muertos entre 2009 y 2010.
“Es horrorosa la contradicción entre el éxito de algunos empresarios, de Chile en el exterior, y los costos que esto significa para los trabajadores”, afirma Alicia Muñoz, presidenta de Anamuri. Y lo dice, teniendo en cuenta que por exportaciones agrícolas ingresan 1.400 millones de dólares, y que la media de ingresos de un trabajador de temporada (o temporero) es de 140 mil pesos, menos que el sueldo mínimo, y la más baja de todas las áreas de producción del país, según José Figueroa, de la Secretaría Campesina y de Pueblos Originarios de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT).
PRECARIEDAD Y SALARIOS
Según Muñoz, temporeras de la V Región le comentaron en un encuentro que ganaban más de 20 mil pesos diarios. “¡¿Pero a qué costo?!, se pregunta. “En jornadas de 14, 15 horas, llenando de cajas un camión hasta las tantas de la noche”, se responde.
De acuerdo a la Presidenta de Anamuri se pagan desde 30 a 200 pesos por caja embalada. Asimismo, estiman que para acceder a jubilación, una temporera debería trabajar 120 años. “Ahora se les incluye en la pensión universal para dueñas de casa, pero no como trabajadoras, sino como indigentes, indigno para una trabajadora”.
Pamela Caro es investigadora del Centro de Estudios para el Desarrollo de la Mujer (Cedem). Comenta que, de acuerdo a la última encuesta de caracterización socioeconómica (Casen) del 2009, es posible inferir el grado de precariedad del trabajador temporal de acuerdo a criterios como la estabilidad, el salario, la forma de pago y el tipo de contrato. Esta precariedad afecta a hombres y mujeres por igual, pero es aún mayor en el caso de las mujeres.
“En la agricultura de exportación, en promedio, el salario mínimo para el temporero no opera, de acuerdo a un estudio de la FAO del año pasado”, afirma.
Un temporero recibe pago por unidad de medida. Es decir, por saco, caja, hilera, fila, etcétera. Se han identificado 12 unidades de medida. Esto trae varios problemas: La confusión del trabajador, ya que no sabe cuánto vale cada una de las diferentes labores que realiza; un congelamiento del salario, puesto que los empresarios han aumentado el tamaño de la unidad de medida, manteniendo el pago, lo que implica que para que una trabajadora logre el mínimo salario que obtenía antes, tiene que intensificar su ritmo de trabajo, explica Caro.
Respecto a los contratos, la ley laboral establece para el empleo temporal un contrato a plazo fijo y uno por faena. Algunas organizaciones han planteado volver al contrato por temporada, ya que como el empleador conoce el ciclo productivo, sabe cuántos trabajadores necesitará contratar y por cuánto tiempo. “Por eso, podría hacer un contrato por temporada, asumiendo los costos de feriados, lluvia, y otras externalidades que no son responsabilidad del trabajador pero que éste paga”, explica la investigadora.
El contrato por obra o faena, puede ser finalizado cuando el empleador estime. “Hay contratos que duran siete días y luego vuelven a ser contratados, lo que es inestable y poco digno. En el caso del contrato por plazo fijo, la ley establece que al tercero debe pasar a ser indefinido, por lo que el empleador lo elude y así se evita pagar previsión y salud, seguros y vacaciones.
“La mujer que levanta la voz, se transforma en una persona conflictiva, pasa a una lista negra”, asegura la presidenta de Anamuri. “Por eso hay poca sindicalización (10%) y organización”, expresa, resaltando la atomización de los sindicatos, lo que debilita su fuerza.
Por otro lado, dentro de las exigencias hechas a los empleadores está el tener comedores y servicios higiénicos limpios y transporte seguro, pero “no hay capacidad de fiscalizar, menos ahora, cuando se reduce la labor de los inspectores”, indica el secretario de la CUT.
Respecto al post natal, Alicia Muñoz expresa que “a este sector no le toca. Si una mujer está embaraza, la ponen a barrer y se siente tan violentada, que deja el trabajo”. Además, una minoría de trabajadoras llega a trabajar seis meses, concuerda Figueroa.
Sin embargo, para Antonio Walter, presidente de la Federación Nacional de Productores de Fruta (Fedefruta) esto ha cambiado mucho con la implementación de las Buenas Prácticas Agrícolas (BPA), un conjunto de actividades que posibilitan una certificación internacional exigida a los exportadores.
“Hoy, ante la escasez de mano de obra agrícola estamos en una campaña para reencantar al trabajador y que no migre a la ciudad”, explica, señalando como hito en este sentido la implementación de las BPA. “Sabemos que falta todavía, especialmente a los productores más pequeños, pero como Federación estamos agrupándolos y presentándolos a proyectos estatales que subsidian la certificación”. Asegura que están combatiendo el empleo informal (sin contrato), ya que es competencia desleal, “porque para una empresa que cumple es un gasto de un 53% más de lo que paga una que no cumple”.
Respecto al salario, considera que el trabajo a trato despegó los sueldos. “En los últimos 10 años, el salto es de 15 dólares por jornada a 45. Eso no hubiera sido posible sin esta forma de pago. El promedio del salario mínimo son 5.700 pesos diarios, pero en el sector ningún trabajador opera por menos de 10 mil”.
Según el empresario, un sueldo del temporero oscila hoy entre 8 mil pesos líquido, hasta 18 mil. “Eso no hubiese sido posible sin el contrato por faena determinada”.
ESTATUTO DEL TEMPORERO
Desde que el sector agroexportador despegó en los años ’80, varios han sido los intentos por aunar criterios entre el Gobierno, empresarios y trabajadores.
Uno de los últimos es el llamado Estatuto del Temporero. En enero pasado se entregó una propuesta al Ministerio del Trabajo, “pero contiene varios elementos riesgosos”, a juicio de Pamela Caro.
Uno de ellos es la propuesta de aumentar las horas extras, de 2 existentes hoy, a 4 más. Por otro lado, hoy los empleadores, al tener más de 20 mujeres trabajando, deben implementar una sala cuna, lo que pretende ser cambiado por un bono en dinero.
“Si eso se flexibiliza en este sector, no pasará mucho tiempo en que otros sectores exijan lo mismo”, afirma el secretario de la CUT.
“Queremos sindicatos autónomos al interior de las empresas, con la gente de planta y las temporeras; que puedan negociar colectivamente”, indica Muñoz.
Respecto a los salarios, los trabajadores han propuesto un tarifario que entregue un piso al valor de cada una de las labores que se realizan. La CUT ya ha elaborado uno con los trabajadores de la uva de mesa de la Tercera Región y se encuentra haciendo lo mismo en otras. Para Pamela Caro es un asunto fundamental que se estandarice y transparente el valor de la unidad de medida.
Esta petición para Fedefruta es imposible, “porque el tipo de fruta que llega a un packing es totalmente distinto al de otro. Si a uno le llega excelente fruta, va a embalar muchas cajas porque no hay descarte”. Walker considera que hoy “ese no es el tema”, sino cómo ante la escasez de mano de obra, impulsar la responsabilidad social empresarial, que “a la agricultura se ha demorado mucho en llegar”.
No obstante, aclara que respecto al contrato proponen uno indefinido con suspensión de faena y aclara que son muchos los puntos de coincidencia entre empresarios y trabajadores, “porque tenemos los mismos intereses”.
AGROTÓXICOS Y DAÑOS A LA SALUD
Tres casos son representativos de los peligros a los que se exponen las temporeras. Uno es el de Evelyn Orellana Mejías, hija de temporeros, nacida con malformaciones graves y que vivió hasta los 10 años. Otro es el de Cecilia Ortiz Loaisa, de 34 años, quien trabajó por más de 15 años en el fundo Villa María, y falleció por “shock septicémico” y “leucemia aguda”, menos de un mes después de una intoxicación con amoníaco. La tercera es Victoria Muñoz Araya, trabajadora del Maule, fallecida tras caer de una escalera mientras raleaba manzanos de Agrícola Aurora.
Ninguna empresa asumió responsabilidad en los hechos.
Además de los daños a la salud producto de la exigencia corporal del trabajo agrícola, de acuerdo al informe de María Elena Rozas, de la Alianza por una Mejor Calidad de Vida (RAP-Chile), en nuestro país se utilizan 420 principios activos plaguicidas. Trece de ellos están clasificados en la categoría 1A y 14 en la 1B (los más peligrosos). Su uso ha aumentado en el tiempo, llegando en 2008 a 32.545 toneladas, causando entre 600 y 800 intoxicaciones al año e incluso encontrándose residuos en vegetales y alimentos para niños.
A pesar de la tendencia mundial a la erradicación de los plaguicidas más peligrosos, desde el 2002 el Servicio Agrícola Ganadero (SAG), entidad encargada de su registro y fiscalización, no ha prohibido ninguno.
De acuerdo a lo señalado por Ignacio Figueroa, jefe del Subdepartamento de Plaguicidas y Fertilizantes del SAG, todos son autorizados luego de exigentes evaluaciones toxicológicas, medioambientales, residuales, entre otras, y una vez que se verifica que estén dentro de la normativa vigente se autorizan, exigiendo un etiquetado que informe claramente los riesgos y su correcta aplicación.
Para el Presidente de Fedefruta se ha avanzado en la materia, “por las exigencias del mercado, donde los residuos de productos químicos deben ser cero”. “Promovemos la utilización de productos más duros antes de la floración y después de cosecha, lo que disminuiría el residuo final”. Asimismo, asegura que se respeta el tiempo de reingreso de los trabajadores a los predios luego de las fumigaciones.
La Región de O’Higgins concentra más de 35% de la fuerza de trabajo temporal nacional. Ricardo Jofré, director regional del Trabajo, explica que hay 109.880 trabajadores agrícolas, de acuerdo al trimestre noviembre-enero de 2011 y que las mujeres son casi la mitad de éstos.
En su calidad de fiscalizadores, aclara que las principales infracciones son no tener registro de asistencia (lo que no permite controlar jornadas laborales excesivas) y las malas condiciones higiénicas. No obstante, añade que, en general, en el tema de la informalidad los empleadores están cumpliendo, pero en la subcontratación hay niveles de incumplimiento alto.
Ante las críticas por la escasa fiscalización, asume que “siempre es poca. Puede pasar mucho tiempo sin que una empresa sea fiscalizada. Seguimientos a un empleador en la práctica no ocurre, no tenemos cantidad suficiente de funcionarios”, concluye.
Sandra Suárez, jefa del Subdepartamento de Salud Ocupacional de la Seremi (Secretaría Regional Ministerial) de Salud de la VI Región, expresa que en 2010 hubo 102 casos de intoxicaciones y el año anterior, 79, incluyendo laborales (manipulación, aplicación, reingreso), accidentales (contaminación a personas cerca de fumigaciones) y voluntarias (intentos de suicidio). En 2010 hubo 56 intoxicaciones directas por uso de plaguicidas y en cinco casos de 62, no se respetó el período de reingreso a los predios fumigados.
Suárez aclara que desde 2005 la notificación a la autoridad sanitaria en caso de intoxicaciones es obligatoria, y que los casos han ido en descenso. “Sabemos que podrían haber más casos no notificados, pero nosotros actuamos con las cifras que tenemos”, afirma.
Al respecto, Rozas, de RAP–Chile, asegura que no todos los casos son notificados. Basada en cálculos oficiales, estima que “por cada caso notificado hay cinco no notificados y hay regiones del país donde no se notifica”.
Alicia Muñoz de Anamuri comenta que hace cuatro años apoyan “a parlamentarios con un proyecto para eliminar los plaguicidas peligrosos. Se votó a favor en un momento, pero luego en la Comisión de Agricultura del Senado fue modificado y hoy está hecho a medida de los empresarios”.
El proceso de llevar una buena fruta a las mesas del primer mundo se sigue haciendo con el costo de condiciones laborales muy bajas. El dulce sabor de la fruta chilena, se logra a costa de la salud y la precarización laboral de su gente.
Por Cristóbal Cornejo G.
El Ciudadano Nº98, segunda quincena marzo 2011

FUENTE: http://www.elciudadano.cl/2011/05/17/trabajo-temporal-en-el-campo-las-formas-de-explotacion-tras-la-produccion-de-frutas/

martes, 17 de mayo de 2011

Los Asalariados Agrícolas

Les traigo un fragmento del texto de "Campesinos y Aymaras en el Norte de Chile" de González, H. & H. Gundermann.
El siguiente texto se refiere de una población del sector rural de la Región de Tarapacá que siempre ha estado olvidada y que son parte del desarrollo de esta región. Vemos en el valle de Azapa una fuerte producción de tomates, aceitunas, y últimamente la instalación de transnacionales productoras de semillas (más conocidas como semilleras), pero el trabajo en si de estos autores hablan de la población Aymara en el sector rural incluyendo valles bajos, valles alto, y altiplano de la Región de Tarapacá.


LOS ASALARIADOS AGRÍCOLAS

"Reiteramos que agrupamos en este sector a los individuos que no poseen medios de producción propios y que están obligados a vender su fuerza de trabajo en el campo, de manera permanente o temporal, con el fin de asegurar su subsistencia y la de grupo familiar, si es el caso.
En el norte de Chile esta situación la comparten tanto indígenas como no indígenas. Entre estos últimos se encuentran hasta pobladores urbanos que se proletarizan, aunque de manera estacional, principalmente en sectores rurales cercanos a las ciudades (por ejemplo, en sitios como Lluta y Azapa, aledaños a Arica, en empresas agrícolas dinámicas)4. Durante estos últimos años, incluso, también se advierten flujos desde la ciudad hacia el campo de personas que van a instalarse, por lo menos al comienzo, como jornaleros, huyendo de la pobreza y la cesantía urbana. 5
Junto a los anteriores, y en mayoría, se encuentran los asalariados de origen aymara, que siguen un patrón típico de inserción desde los sectores más altos. Asimismo, estudios de casos muestran que incluso aymaras instalados en ciudades siguen retornando al campo, no sólo para auxiliar a sus grupos familiares en momentos críticos de necesidad de mano de obra, sino también para asalariarse estacionalmente, como los no indígenas, en empresas  agrícolas (véase nota 5). Además existe un componente de "braceros" indígenas provenientes de bolivia, no sólo de filiación étnica aymara, sino también Chipaya. La situación de ilegalidad en que éstos se desenvuelven explica la carencia absoluta de datos sobre el tema, el que cobra actualidad sólo en momentos en que la policía realiza redadas masivas 6. Es frecuente ver aparecer noticias al respecto en la prensa regional. Este es el sector más "invisible" en el agro regional, pese a que su incidencia numérica es bastante alta y están sujetos a las condiciones más fuerte de explotación.

4. Habría que agregar a ellos, incluso, peones desplazados desde el Norte Chico. Según el Censo de Población de 1982, un 15,7% de la población que tenía otro domicilio antes de 1977 provenía de la IV Región.
5. Véase González, H. 1988
6. Por ejemplo, años atrás, de un solo valle se expulsaron mas de 300 indocumentados"

Fuente:

González, H. & H. Gundermann 1991 Campesinos y Aymaras en el Norte de Chile. Serie Documentos de Trabajo. pág. 11. Taller de Estudios Aymara. Arica

lunes, 16 de mayo de 2011

Temporeras de la agro exportación, tensiones y desigualdades frente al cuidado infantil

Por Angélica Willson, subdirectora CEDEM1
 
En la actualidad, la forma de producción agrícola ha modificado la estructura tradicional del mercado laboral del sector agrario, generando un incremento de la demanda de fuerza de trabajo en las temporadas de cosecha y embalaje y un aumento sostenido de la participación de las mujeres en el empleo agrícola, proceso que ha venido acompañado de la instalación de mecanismos de flexibilización, subcontratación e intermediación laboral con alto impacto en las condiciones de vida de mujeres que trabajan en este sector de la economía nacional. El empleo adquiere un carácter estacional y/o temporal en detrimento del trabajo estable y con salario permanente.
Durante la temporada agrícola una mujer trabajadora puede establecer una relación contractual con uno o más empleadores y rotar en distintas faenas en predio o packing, dependiendo del ciclo agrícola y estacionalidad de la variedad de cultivos predominante en cada zona geográfica en que ésta se desarrolla.
El modelo de flexibilidad laboral ha facilitado la aplicación y abuso de mecanismos de contratación y formas de pago flexibles legalmente establecidas, dentro de las cuales destacan: uso excesivo de contratos por faena y la extensión del sistema de pago “a trato”, que consiste en el cálculo de las remuneraciones por unidad de trabajo realizado, es decir por caja embalada o cantidad de fruta cosechada y por tanto, desaparece el derecho a “semana corrida” y se reemplaza por el concepto de “día trabajado, día pagado. Esta forma de empleo exige un gran esfuerzo de parte de las mujeres que las llevan a extender la jornada diaria, disminuir los tiempos de descanso durante las faenas y auto exigirse metas de productividad a través de la aceleración de los ritmos de trabajo a fin de obtener un salario que permita solventar la manutención familiar durante los períodos de cesantía y por tanto, proyectar sus gastos en función de los ingresos obtenidos durante la temporada de mayor intensidad de la actividad agrícola.
El aumento sostenido de la participación de las mujeres en el empleo temporal no se está dando bajo condiciones de resguardo y seguridad, que permitan establecer una relación más equilibrada entre derechos laborales, derechos al cuidado y protección social, como elementos indispensables para superar situaciones de exclusión social y de género. Las tensiones que se desprenden de la relación entre vida familiar y laboral y en particular, las relativas al cuidado infantil aún permanecen como un campo de preocupación no resuelto. Porque por un lado, se han mantenido prácticamente inalteradas las normas relativas a la división sexual del trabajo reproductivo y doméstico, lo cual significa que el cuidado de los hijos/as se sigue manteniendo como un ámbito de responsabilidad exclusiva de las mujeres y por otro, se agrega la baja densidad de las políticas públicas y la escasa o casi nula participación del sector empresarial en el cumplimiento de normas relativas a cuidado infantil.
La Encuesta CASEN 2006 (MIDEPLAN), estimó que dentro del universo de temporeras agrícolas se registra un total de 66.168 hijos/as menores de doce años. Al comparar estas cifras con la cobertura de la política pública focalizada hacia este sector de mujeres, podemos observar que alcanza a sólo un 22%. Por su parte, la Encuesta Laboral (ENCLA) 2006, de la Dirección del Trabajo, muestra una disminución sostenida del porcentaje de empresas que contrata a veinte o más trabajadoras, lo cual constituye un obstáculo para el acceso de las mujeres al derecho a sala cuna. En 1998 el 21,1% de las empresas a nivel nacional contrataban más de veinte mujeres, mientras que en el 2006 esta cifra disminuye a sólo 12,9%. Cómo se explica entonces, que frente al aumento sostenido de la participación de las mujeres en el empleo, el sector empresarial diluya su responsabilidad en materia de cuidado infantil? La respuesta es evidente, los empresarios utilizan distintas figuras jurídicas para contratar a su personal y a través de este mecanismo es relativamente fácil eludir tales responsabilidades. Esto significa que en el caso de las mujeres temporeras, ellas deben desplegar múltiples estrategias para enfrentar el cuidado de sus hijos/as menores durante los períodos de actividad laboral intensiva, generando una serie de tensiones en la vida cotidiana de las temporeras que enfrentan las responsabilidades laborales y familiares a través de redes de parentesco, vecinales, la tutela de la hija mayor y/o el uso de sistemas informales de cuidado pagado, que conllevan costos económicos y emocionales que recaen en las propias mujeres.
El trabajo de las mujeres temporeras en el sector de la agro exportación adquiere una gran versatilidad, dada la gran diversidad de labores que desempeñan en los huertos o en los packings, tales como poda, desbrote, deshoje, amarre, siembra, raleo, cosecha, limpieza, selección, embalaje, timbrado, entre otras. En general, las temporeras realizan tareas y faenas no calificadas y actualmente se observa una tendencia a la incursión—cada vez más sostenida— en faenas tradicionalmente de dominio masculino tales como poda, amarre, desbrote, demostrando un desempeño igual o superior al que realizan los hombres temporeros, lo cual plantea un tremendo desafío en términos de profundizar los debates en torno a la relación entre trabajo remunerado y no remunerado a partir de la incorporación de nuevas nociones en torno al trabajo, que posibiliten la puesta en valor de una actividad que ha permanecido subvalorada y excluida de las lógicas monetarias sobre la cual se sustentan tales distinciones.
También es preciso hacer una revisión y profundizar los debates en torno a la construcción de conceptos y enfoques como los de “conciliación entre vida laboral y familiar” en tanto imagen idílica de “conciliación de roles”, en la medida que ésta contrasta con las vivencias cotidianas de las mujeres durante los períodos álgidos de empleo productivo, donde están sometidas a tensiones, angustias y arreglos precarios para enfrentar de manera paralela las altas demandas derivadas del trabajo asalariado y el trabajo doméstico y de cuidado. Construir una sociedad más justa y equitativa no es una tarea fácil, requiere de un ejercicio permanente y sostenido que permita evidenciar los impactos diferenciales derivados de su mayor participación en el trabajo remunerado, de allí la importancia de analizar no sólo el aumento de la participación femenina en el empleo, sino en cuáles son sus condiciones de trabajo y de qué manera se transforman las relaciones laborales y los anclajes tradicionales que impiden el establecimiento de relaciones de género más justas y equitativas.

1. Las reflexiones presentadas en este artículo se desprenden del trabajo realizado en el marco de una consultoría a la CEPAL, actualmente en etapa de publicación “Temporeras de la agroexportación en Chile: tensiones y desafíos asociadas a la relación entre vida laboral y familiar”, de las autoras Angélica Willson y Pamela Caro.

FUENTE: http://www.observatoriogeneroyliderazgo.cl/index.php/noticias-mainmenu-2/2370?task=view

jueves, 12 de mayo de 2011

LA ULTIMA MODERNIZACION DEL AGRO

En 1973 con el advenimiento del régimen militar al poder político de la nación, se da término al proceso de tranformaciones agrarias del gobierno anterior.

Entre los años 1973-1975 el nuevo régimen se aboca a una discusión interna acerca de las nuevas políticas económicas que se implementarían en el país; así, sólo a partir del último año citado, se da comienzo a un proceso de reestructuración de carácter neoliberal, que en el caso del campo culmina con una acción privatista. Todo lo cual ha sido denominado "Contra-Reforma Agraria".

Los elementos centrales de esta nueva política aplicada al campo fueron, entre otros: la apertura e inserción de la economía nacional en los mercados mundiales, basada en la producción agrícola, sustentada en el principio de las ventajas comparativas; la transformación del rol de Estado, a través del papel de un actor subsidiario; la liberalización de las tierras que pasan a constituir un mercado; la liberalización de los precios de los productos agropecuarios que pasan a regirse según sea la oferta y la demanda, y la elaboración y aplicación de un nuevo plan laboral que proporcionara tranquilidad y seguridad a los inversionistas, lo que significó un retroceso de la organización sindical campesina. Todo esto generó un profundo reordenamiento de la estructura económica, social y política del agro.

Con respecto al sector reformado, el gobierno a través de CORA, realizó lo siguiente: devolvió una parte de las tierras expropiadas a sus antiguos dueños en forma completa o parcial; otra parte se licitó a particulares o firmas comercializadoras y por último, un porcentaje de ellas fue entregada a los campesinos, sobre la base, de un sistema de puntajes.

Estos campesinos fueron denominados asignatarios o parceleros. Los predios por ellos recibidos poseían una extensión aproximada de 8 HRB. Estos nuevos propietarios, al no contar con mecanismos de apoyo institucional en términos de capital y asistencia técnica, comenzaron a vender sus parcelas, las que pasaron a engrosar las tierras empresariales.

Hacia 1979, se presenta en el agro chileno una nueva organización espacial de la estructura agraria. El elemento dominante en el paisaje lo representa ahora la empresa agroexportadora, constituyéndose en el eje ordenador-productivo del campo, reemplazando así al antiguo complejo latifundio-minifundio. La nueva agricultura de carácter empresarial conllevó cambios radicales en las concepciones que se tenían sobre la tierra, el trabajador y el tipo de producción agrícola.

Es decir, la tierra, que antes era sinónimo de status, riqueza y capital se convierte en una variable más del proceso productivo, imponiéndose, ahora, sobre ella la tecnología de punta y la inversión del capital. En relación al trabajador agrícola, desaparecieron las categorías de inquilinos, voluntarios y afuerinos y aparece la categoría de "temporeros". En relación a la producción, su finalidad es fundamentalmente, atender las demandas del mercado internacional (frutas y productos forestales).

Esta última transformación agrícola, que ha sido denominada "la última modernización", se vincula además con una super estructura financiera y a un diseño de políticas macro-económicas que las sustentan y le imprimen una dinámica muy particular. Es en este ámbito en donde emergen los grandes grupos económicos asociados a corporaciones trasnacionales de este rubro. Ellos son los que actúan a través del marketing y el agro-business, y se hacen presentes en el mercado internacional.

El modelo neo-liberal aplicado al agro de nuestro país ha producido en nuestro territorio una especialización productiva. Ha surgido una nueva distribución regional productiva, al reconocerse regiones ricas y regiones pobres. Las primeras corresponden a aquella que poseen ventajas comparativas (suelo, agua, clima y fuerza laboral) y competitivas (inversión de capital, infraestructura vial, portuaria, etc.) frente al mercado mundial.

Entre las regiones ricas del modelo, se pueden mencionar desde el norte al sur del país, a la Región Frutícola, la Región Forestal, la Región Ganadera, a las cuales se agregan la Región Pesquera y Minera. (Figura Nº 1).

Sin embargo, existen regiones del territorio nacional que no han sido favorecidas por el modelo al no contar con los requisitos que sustentan a las anteriores, es decir las "regiones pobres" que se manifiestan en el área cerealera y de policultivos, donde persisten economías campesinas cuyas características básicas son : la carencia de capital y tecnología moderna, el uso extensivo del suelo, el uso de fuerza laboral familiar, los cultivos de subsistencia y producción para el mercado interno.

La existencia de estos dos tipos de regiones son las manifestaciones espaciales de una aguda desigualdad regional. Además, esta última modernización ha privilegiado en cierto sentido las desigualdades regionales, porque el modelo económico sin reconocer las particularidades físico-geográficas que el país posee, se ha aplicado en forma homogénea en él.

Ya hacia el año 1992, el agro chileno que ha sufrido más de tres lustros de política neoliberal, comienza a reflejar, nítidamente, la existencia de dos mundos en su interior : el agroempresarial moderno y dinámico, y el campesino, estático y tradicional.

A ello se agrega un fenómeno antropológico nuevo, la difusión de patrones culturales en el mundo rural, provenientes de la urbe y que arrasan con formas de vida, costumbres y valores propios de la vida campesina. Esta situación se agrava en la medida en que las grandes urbes nacionales no irradian hacia el campo nuestros cánones de vida, ya que ellas son el reflejo de la globalización que se impone en forma vertiginosa en la sociedad contemporánea.

Concominante con lo anterior, el paisaje humano que surge de este nuevo modelo económico, ve aparecer otras formas de asentamiento de la población muy disímiles entre sí. Por una parte, los campesinos se concentran en campamentos rurales, villorrios y áreas circundantes a ciudades intermedias, donde conforman verdaderos bolsones de pobreza. A ello se agregan las áreas rurales en las cuales aparecen parcelas y condominios de agrado que obedecen a otra dinámica distinta a la de los campesinos y temporeros y que se caracteriza por generar hábitat de elevados ingresos, de nichos urbanos insertos en el espacio rural. Estas áreas residenciales por la elevada calidad de vida que tienen, representan verdaderas islas en el ámbito rural en nuestro país.

Fuente:

Vicisitudes y cambios en el mundo rural chileno.
La última modernización agraria
¿La gran solución de fin de siglo?


Gladys Armijo Z.
Departamento de Geografía
Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad de Chile.

Héctor Caviedes B.
Departamento de Ciencias Históricas
Facultad de Filosofía y Humanidades de la Universidad de Chile.

http://ceguch.8m.com/estudios1.html

Pomaire fumigado con plaguicidas sin aviso

Alarma cunde en los vecinos de Pomaire por fumigaciones aéreas con plaguicidas a plantaciones de paltas, iniciadas a las 7.30 de esta mañana del viernes 29, a los predios de Frupol-Polpaico, inmediatamente próximas a sus casas. No se conoce el nombre del plaguicida utilizado. Por tanto, no se dio cumplimiento al reglamento vigente (Decreto 5/10 del Ministerio de Salud) respecto de los avisos a la población mediante volantes que indiquen la fecha de la aplicación, la hora, lugar y duración, el tipo de plaguicida y las medidas de prevención a adoptar. En diarios locales el alcalde de Melipilla, Mario Gebauer, aseguró que todo era legal, que se contaba con autorización del Seremi Metropolitano de Salud y que las fumigaciones aéreas, originalmente programadas para el martes pasado, se prolongarían por cuatro días. Sin embargo, los principales afectados no fueron notificados.
La presidenta de la Junta de Vecinos local, señora Rosa Encina, en medio de la fumigación denunció a RAP-Chile que ninguno de sus asociados ha recibido volante alguno y muchos de ellos viven a un costado del predio fumigado. Sus casas están ubicadas a unos 7 metros de distancia del canal que los separa de las plantaciones de paltas, por tanto la fumigación está infringiendo abiertamente la norma que indica una distancia de 200 metros respecto de casas, escuelas y espacios habitados, y obliga a avisar a los afectados. La escuela de Pomaire está próxima a las plantaciones y los niños, que se encuentran entre los grupos más vulnerables de la población a este tipo de peligro, deberían permanecer encerrados en la escuela hasta el término de las fumigaciones aéreas.

Los vecinos están en medio de una nube tóxica debido a la conformación geográfica de Pomaire que no permite la dispersión de los contaminantes - "es un hoyo", dicen ellos - y se sienten abandonados a su suerte, denunciando que la municipalidad no escucha sus reclamos, ya que esta situación se arrastra en el tiempo y ha generado problemas de salud, entre ellos y sus niños. Describen problemas respiratorios, a la vista, dermatológicos, y del aparato digestivo que se presentan cada vez que son fumigados. La exposición crónica a agroquímicos peligrosos puede alterar los sistemas nervioso, reproductivo e inmunológico, y generar enfermedades como cáncer, y otras.

Por otra parte, la situación se agrava más aún debido a la posible continuación de la fumigación durante el fin de semana, días en que Pomaire, famoso por sus gredas, recibe visitas de turistas. Aunque el año pasado también hubo fumigaciones, nunca se había anunciado que se fumigaría por 4 días, como anunció el alcalde Gebauer en el diario El Labrador de Melipilla.

En otras comunas del país, como Quillota y Petorca los vecinos han logrado el apoyo de sus alcaldes y autoridades para impedir la continuación de las fumigaciones aéreas y han conformado una red en la Región de Valparaíso para estos fines.

Efecto crónico
María Elena Rozas, coordinadora de la Red de Acción en Plaguicidas Chile expresa al respecto: “Nos preocupa mucho el efecto crónico de estas fumigaciones en Pomaire, ya que nosotros hemos documentado casos similares desde el año 2004, cuando vecinos de esta localidad nos denunciaron problemas de congestión respiratoria y malestares estomacales, a consecuencia de fumigaciones nocturnas de la empresa agrícola FRUPOL en cultivos de limones, ubicados en las laderas de un cerro aledaño al pueblo. vecinos, sin poder dormir debido al mal olor. No hubo reacción a las denuncias formuladas ante el Servicio Agrícola y Ganadero (SAG) y el Servicio de Salud del Ambiente (SESMA), por las constantes fumigaciones. Por todos estos antecedentes, es inaceptable que no se cumpla ahora con el mínimo de resguardos establecido legalmente por el Ministerio de Salud después de décadas de esfuerzos para lograr una normativa nacional sobre fumigaciones aéreas."

Contacto
María Elena Rozas, Alianza por una Mejor Calidad de Vida RAP-Chile
Fono 699 73 75, celular 09885 82 27
Oficina: Alonso Ovalle 1618, Departamento A, Santiago
Correo: secretaria@rapal.cl, aplagui@rdc.cl



Nota.- Artículo 13 del reglamento sobre aplicación aérea de plaguicidas
La empresa aplicadora deberá informar a la población del lugar, mediante la distribución de volantes informativos, de la próxima aplicación de plaguicidas cuando existan casas habitaciones, establecimientos de salud, establecimientos educacionales, cualquier agrupación humana, colmenares o concentración de animales o aves, en un radio de 200 metros medidos desde el borde externo de la franja de seguridad. A los establecimientos de salud debe adjuntarse al volante, las hojas de seguridad de los productos a utilizar. La empresa aplicadora será responsable del diseño y confección del volante informativo, el cual debe distribuirse con 48 horas de anticipación y conservar las firmas de recepción de su entrega por los vecinos, y contener, a lo menos, la siguiente información:
- Fecha de la aplicación, hora, lugar y duración de la misma.
- Tipo de plaguicida, nombre del mismo y su toxicidad.
- Medidas de prevención que se deben adoptar para las personas, animales domésticos y medio ambiente.
- Tiempo de ingreso y de reentrada a la zona de aplicación.
- Centros de salud locales donde recurrir en caso de intoxicación, señalando dirección y teléfono.
- Dirección y fono del SAG para la denuncia de problemas con animales domésticos, colmenares, flora o fauna del lugar.

sacado de: http://periodismosanador.blogspot.com/

Senado vendió a Monsanto la semilla campesina e indígena

Con 13 votos a favor (de la derecha y uno de la Concertación), 5 en contra y 6 abstenciones, el Senado de Chile aprobó el 11 de mayo el Convenio UPOV 91 que impedirá a los campesinos guardar la semilla y extenderá el tiempo de vigencia de los derechos y garantías de las transnacionales que vendan semillas híbridas y transgénicas en el país. El senador Eugenio Tuma (Araucanía, PPD) se unió a los sepultureros de la agricultura campesina, que aportaron nichos marca UDI y RN, mientras Ximena Rincón (Maule) y Jorge Pizarro (Coquimbo), ambos del PDC junto a José Antonio Gómez (Antofagasta, PR), Alejandro Navarro (BioBio, MAS), y Jaime Quintana (Araucanía, PPD) rechazaron decididamente la iniciativa. Ximena Rincón fundamentó su voto expresando que serán los campesinos chilenos quienes pagarán el costo de la adhesión a este convenio. Argumentó que antes de votar, debió haberse debatido la Ley sobre Derechos de Obtentores Vegetales que deroga la ley Nº 19.342 por la cual se creó en Chile el registro de especies vegetales. Mediante esa ley, el país firmó la versión anterior de este convenio, cuyos términos eran menos lesivos para la agricultura.
La protección a la que se refiere el convenio es el pago de una suerte de patente, el llamado “derecho de obtentor”, por la compra de semilla campesina registrada por las trasnacionales semilleras luego de ser manipulada genéticamente.
La votación tuvo lugar en medio de un ambiente callejero de rechazo generalizado a la aprobación del proyecto Hidroaysén que puso en relieve el carácter depredador del modelo chileno de negocios y “desarrollo”, ahora refrendado por esta nueva decisión legislativa. El Senado y el gobierno de Chile marcan inequívocamente su postura de alianza con las transnacionales y de entrega del patrimonio del país.
Indignación campesina e indígena
La Asociación Nacional de Mujeres Rurales e Indígenas y Terram, invitadas a expresar su opinión ante el Senado, habían mostrado ante la Comisión de Agricultura su repudio a esta iniciativa. El año 2010 en la Cámara de Diputados, Anamuri, Ranquil, los productores orgánicos, el obispo de Aysen, RAPAL, la Alianza por una Mejor Calidad de Vida, Grain, OLCA, y diversas organizaciones regionales y locales ya habían expuesto su rechazo a este convenio y al proyecto de ley de obtentores. Por su parte, el mismo día de esta votación, la Red legislativa Indígena y de Políticas Públicas exigió en carta dirigida al Presidente del Senado Guido Girardi, ser escuchada, dado que se omitió la consulta a los pueblos indígenas estipulada en el Convenio 169. La agrupación cree que “esta es la usurpación que quedaba. Ya nos quitaron la tierra, el agua, ahora nos quieren quitar los cultivos y las hierbas medicinales…El Estado roba, y luego aplica leyes antiterroristas o militarización cuando las comunidades protestan”. Entre otras organizaciones la red incluye a la Corporación Aymara Jach-a Marka Aru, a la comunidad huilliche Pepiukelen, y a representantes del pueblo RapaNui, del consejo Nacional Aymara, la alianza Territorial Mapuche, a Lakutun (Región Metropolitana), a Trawun Mapuche-huilliche de Pargua y a comunidades de Tirúa sur. Los indígenas también recordaron que “el UPOV 91 ha sido resistido por indígenas de todo el mundo, pues ellos también han advertido que es una nueva forma de robo legal de plantas que hemos intervenido, cruzado y modificado a través de técnicas ancestrales y protegido en caso de peligro, sequía o monocultivo. La papa chilota continua viva gracias a nosotros, no gracias a las transnacionales”.

Violación de un derecho humano
La selección, mejoramiento e intercambio de semilla –trafkintu en mapudungun- es un derecho humano de los agricultores y pueblos indígenas del mundo, reconocido incluso en el Tratado de Recursos Fitogenéticos de la FAO y reivindicado por Vía Campesina y por la CLOC, la Coordinadora Latinoamericana de Organizaciones del Campo. De esta manera, las mujeres campesinas e indígenas y las comunidades campesinas son las verdaderas gestoras de la diversidad y riqueza genética que usurpan las cororaciones semilleras, ahora con la venia del Senado de Chile.
La Alianza por una Mejor Calidad de vida ha denunciado que este convenio privatiza la comercialización, la importación y exportación de la semilla. Sostiene Alicia Muñoz, dirigente de ANAMURI: “El agricultor deberá comprar todos los años su semilla si no quiere ver confiscada su cosecha, sus cultivos y plantaciones. El convenio no garantiza que las variedades sean mejores o estén accesibles en Chile. Puede darse incluso el caso de que por razones comerciales se impida el ingreso de una determinada variedad en Chile. Para registrar una planta sólo se pide que no esté inscrita antes y que la variedad sea homogénea y estable. Mientras más homogéneas son las plantas, menos capacidad tendrán para resistir fenómenos como la sequía o el cambio climático, al contrario de lo que ocurre cuando hay biodiversidad.”
 
Los amigos de Monsanto
La iniciativa resistida por todas las organizaciones campesinas con base social, será remitida al presidente Piñera para su promulgación, según el boletín de prensa del Senado. Los votos a favor correspondieron a los senadores Carlos Cantero (Antofagasta, Independiente); a los UDI Juan Antonio Coloma y Hernán Larraín (ambos de Maule), Pablo Longueira y Jovino Novoa (ambos de RM) y Jaime Orpis (Tarapacá); y a los RN Francisco Chahuán (Valparaíso), José García, Alberto Espina (ambos de Araucanía), Carlos Kuschel (Región de Los Lagos), Carlos Larraín (Valdivia), Baldo Prokurica (Atacama), más el PPD Eugenio Tuma (Araucanía, PPD). La cómoda abstención estuvo a cargo de los PS Camilo Escalona (R Lagos) y Juan Pablo Letelier (O’Higgins), junto a los DC Hossain Sabag (BioBio), Patricio Walker (Aysén) y Andrés Zaldívar (Maule) y Antonio Horvath (Aysén RN).
Los defensores del proyecto aludieron a los Tratados de Libre Comercio con Estados Unidos, Japón y la Unión Europea argumentando que Chile estaba obligado a firmar el convenio citado. El senador Alejandro Navarro, criticó estos Tratados y agregó que países claves en agricultura en América del Sur como Brasil y Argentina, se han adherido sólo a UPOV '78 y no al '91. Asimismo, hizo ver que las implicancias de este convenio debieron haber sido difundidas hacia la comunidad.
Por su parte, el senador Jaime Quintana, se mostró en contra de ratificar este proyecto y explicó que "afectará a los productores agrícolas nacionales". También criticó la ausencia del Ministro de Agricultura en la discusión en la Sala. A su juicio, "para que este convenio tenga valor, Chile debe contar con la ley de obtentores de vegetales que todavía no lo votamos; si aprobamos este proyecto de acuerdo va a ser letra muerta".
El senador Eugenio Tuma puso una nota de humor al informar a sus colegas que él conoce a campesinos que salieron de la pobreza por construir invernaderos y pagar semillas de calidad. Sin embargo no entregó estadística alguna en respaldo de su anécdota.

UPOV y lobby empresarial
La Unión Internacional para la Protección de las Obtenciones Vegetales, UPOV, es una organización propiciada por las transnacionales comercializadoras de semillas y respaldada por los gobiernos, de la que Chile es parte. En los primeros años producían híbridos y hoy también transgénicos. Entre ellas están las empresas Monsanto –que controla más del 90% del mercado de la semilla transgénica- Syngenta, Bayer, y Dupont/Pioneer. Las ventas de semillas y plaguicidas les reportan enormes ganancias a costa de la destrucción de la agricultura campesina, remplazada por la agroindustria y los monocultivos de semillas transgénicas. El precio de los alimentos, según FAO, se encuentra actualmente en los niveles más altos de la historia.
El Convenio Internacional para la Protección de las Obtenciones Vegetales (Convenio UPOV) ha sido modificado en tres oportunidades: 1972, 1978 y 1991. En Chile el exitoso lobby empresarial para que Chile, firmante de UPOV 78, adhiriese a UPOV 91 fue encabezado por Monsanto a través de ChileBio con el apoyo de ANPROS (la asociación gremial de productores de semilla transgénica de exportación) y del Diario Financiero, virtual vocero del negocio de exportación de semilla transgénica. El gobierno y senado chileno finalmente se rindieron a la presión adicional del Presidente Obama, cercano a Monsanto, quien traía en su agenda de visita a Chile, el tema del respeto a la propiedad intelectual.

sacado de : http://periodismosanador.blogspot.com/