Me pregunto, qué será de la Amadita???. Mientras trabajaba en la Dole en Rancagua, teníamos turnos de día y de noche, trabajábamos extensas jornadas laborales, en los turnos de noche y cuando se acercaba el otoño, hacía mucho frío, en las mañanas ya se ponían heladas, y el galpón donde se trabajaba no era muy cálido que digamos. Dentro de las muchas trabajadoras, compañeras y amigas que compartí, se encontraba Amaditao, una mujer ya mayor de 80 años, ya no trabajaba embalando como nosotras pero si trabajaba barriendo en todo el packing, ¿se imaginan barrer un frigorífico no pequeño?, ¿les ha dolido la espalda por barrer mucho?, bueno, lo más sorpredente, no era solo el ánimo y la fuerza que ella tenía cada día y cada noche, sino que ella, a pesar de su edad, era la principal proveedora del hogar, su marido era alcohólico, sus hij@s no la apoyaban y tenía a cargo a algunos nietos que yo recuerde. Salíamos a las 7 de la mañana, y ella se iba caminando desde el trabajo hacia su casa, es decir, desde la Dole que queda en la Rgua Sur, hasta pasado la línea del tren, creo que en la Santa Julia, ¿me veo caminando a esa edad después de una larga jornada de trabajo? Desde que dejamos con mi hermana de trabajar en la Dole por motivos personales y económicos (pagan mal), no he sabido nada de ella, sin embargo, en las dos temporadas que trabajé ahí terminé admirándola y queriéndola, y entendiendo el coraje de las mujeres y que no existen límites... Espero que estés bien Amadita, donde quiera que estés.
En honor a todas las mujeres mayores que se sacan la mugre en los trabajos de la fruta, ya sea en packing o cosecha
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